miércoles, 24 de enero de 2018

Anecdota

Recuerdo perfectamente una tarde, yo apenas tenia unos 5 o 6 años.
Vivíamos en casa de mi abuela en la parte de arriba, con mi madre y mi padre, eramos los tres juntos
Ese día había llegado visita a la casa por lo que todos estaban ocupados y nadie me prestaba atención.
Yo solía ser el centro de atención en la casa y ese día no lo fui, fue cuando se me ocurrió la idea de subir al cuarto y vi encima de la cama unas inyecciones que eran de mi padre
Fue cuando no dude en sentarme en la cama y lleve esas agujas directamente a mi pie, a decir verdad, no sentí dolor pero mi idea era hacer drama y llamar la atención de mis padres, por lo que comencé a llorar desconsoladamente.
Fue ahí cuando ellos subieron corriendo las escaleras en busca de su pequeña hija para saber que había ocurrido, cuando llegan me encuentran sentada en la cama, envuelta en un mar de lagrimas (falsas) y me consolaron. Todo por tener un momento de atención de mis padres.

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